El Boletin Islamico Edicion Numero 3

Los occidentales tienden a referirse a las actitudes del musulmán con respecto a la discriminación intrínseca de la mujer, pero la realidad muchas veces difiere del estereotipo como tal. “En el nombre del Islam, muchos costumbres culturales han desarrollado la opresión a la mujer” escribe Laila Al-Marayati, “y esto necesita ser aclarado”. Ella nació, creció y continua viviendo en Los Ángeles, Laila AlMarayati es doctora y ex presidente de la Liga de las Mujeres Musulmanas. Alrededor del mundo, ella escribe, las mujeres son privadas de sus derechos igualitarios en asuntos como el matrimonio, divorcio y propiedad. Pero esa discriminación, ella y muchos musulmanes arguyen, no es un reflejo del verdadero espíritu de la fe: “El reto es dejar que el Islam llegue a ser un instrumento para elevar a la mujer y no un instrumento que las oprima”. Aunque el más persistente estereotipo negativo del Islam, es esa creencia de los extremistas violentos, representado por un militar enmascarado en lugar de un Doctor o un diseñador de Software que puede vivir al lado, este es un estereotipo que denigra: Los musulmanes en América dicen que existen más posibilidades de ser las victimas del crimen que los que la perpetrarían. En cierto sentido los musulmanes americanos (muchos de ellos refugiados de regímenes de los que ahora son asociados en la mente de los demás) son los que reprochan el comportamiento de Sadam Husein y Hezbollah: la violencia anti-musulmana en los Estados Unidos crece de manera explosiva cuando existen tensiones en el Oriente Medio. El sargento George Curtis siente un especial orgullo en haber defendido los sitios sagrados de la Meca y Medina de las fuerzas de Irak. Él comandaba un tanque M1A1 en el fuerte Carson, CO, un veterano de la guerra del golfo, y también uno de los 10 000 musulmanes que sirvieron a la milicia estadounidense. Él no ve contradicción en sus roles, la armada le proveyó de comida “Halal” y lo libró de los diarios ejercicios físicos durante el ayuno del Ramadán. “Sea Irak o cualquier otro país del mundo”, él dijo “Mi primera tarea es defender mi país”. En un centro comercial en Chantilly, Va., el pasado enero, todos lo lugares en América donde existen musulmanes estaban en pantalla. Era la fiesta de Eid Ul Fitr, que se celebra cuando termina el mes de ayuno de Ramadán, y la multitud que concurrió fue como una masa multifacético de 15 000 personas, que sólo aquí se puede encontrar. El que lidera la oración realizó su sermón en inglés, el único idioma que virtualmente cada uno de los presentes podía entender. Inmigrantes somalíes con trajes blancos y grandes turbantes, rezaban juntos hombro a hombro con muchachos de Filadelfia con sombrero de Kangol, chaquetas Lugz, y pantalones de jeans anchos Tommy Hilfiger. Madres con sus velos compraban a sus hijos algodones rosas de azúcar y trataron de no preocuparse por la competencia por tener un lugar en las pequeñas ruedas del parque de feria. La larga fila era para entrar al giroscopio: los adolescentes con flacuchas barbas y decorativas gorras islámicas, aseguraban su lugar y sonreían abiertamente como si el mundo se renovara una y otra vez. Para esos muchachos y sus amigos ese día era tan solo otro día de todos los americanos en el centro comercial. ¿Islam y América? Parece haber sido un concepto imposible 10 años atrás, ahora esta convirtiéndose en una realidad. Es posible vivir en el mundo occidental abrazando, manteniendo y promoviendo la vida y los ideales islámicos. Esto toma un concienzudo y delicado esfuerzo de parte de los musulmanes americanos, pero está sucediendo... justo aquí y justo ahora. A Allah pertenece el Oriente y el Occidente, donde quiera que os volváis, allí encontraréis la presencia de Allah. Es cierto que Allah lo abarca todo y no hay nada que escape a Su conocimiento (2:115). MUSULMANES DE SAN FRANCISCO VISITAN NICARAGUA La inmigración de musulmanes hacia Nicaragua se dio en gran cantidad a finales del siglo XVIII. La mayoría de los inmigrantes eran de Palestina, y Nicaragua fue el centro más importante de la colonización. Esta constituyó una de las olas más grandes de inmigración en Centroamérica, la cual fue seguida por un gran grupo de asentamientos en los años 60, y nuevamente el más reciente en los años 90. La primera ola de inmigrantes perdió rápidamente sus raíces islámicas cuando se asentaron en su nuevo país. Y como consecuencia uno encuentra muchos nombres y apellidos árabes e Islámicos, pero casi nada de tradiciones ni prácticas islámicas. Estos grupos rápidamente se entremezclaron en la población local, y adoptaron la herencia local de la religión cristiana, por matrimonios mixtos o por presiones del gobierno. “Me convertí casi en un fanático defensor de la política del gobierno de USA… Para mi, la visión de los padres que fundaron la patria es la visión que tenemos en el Islam”.

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