El Boletin Islamico Edicion Numero 8

comencé a conocer gente, a hacer nuevas amistades, a aprender sobre esta nueva sociedad y a ir a todos esos lugares a donde mis amigos concurrían con el fin de “socializar” (bares, discotecas, etc.), me di cuenta que esta “igualdad” entre hombres y mujeres no era tan verdadera en la práctica como era en la teoría. Aparentemente, parecía que las mujeres recibían los mismos derechos en educación, trabajo y demás, pero en realidad las mujeres continuaban oprimidas en una manera más sutil y diferente. Cuando fui con mis amigos a los lugares donde frecuentaban, encontré que todo el mundo estaba interesado en hablar conmigo y pensé que eso era normal. Pero fue sólo después que me di cuenta lo inocente que había sido, y pude ver lo que realmente esta gente estaba buscando. Inmediatamente comencé a sentirme incomoda, como que no era yo misma: tenía que vestirme de tal forma que le cayera bien a la gente y hablar de tal manera que complaciera a los demás y llegué al punto que cada vez era más y más incomodo para mí, y me sentía cada vez menos y menos yo, todavía no puedo superarlo. Todos estaban diciendo que disfrutaban ser ellos mismos, pero yo no podría llamar a este estilo de vida un disfrute. Pienso que las mujeres en este estilo de vida están oprimidas, ellas se tienen que vestir de cierta manera para complacer y lucir más atractivas, tienen que hablar de una forma especial para que la gente guste de ellas. Durante este tiempo yo no había pensado en el Islam, a pesar de que tuve algunos conocidos musulmanes. Pero sentía que realmente tenía que hacer algo, encontrar aquello con lo cual me sentiría feliz y segura, y con lo que me podría sentir respetada, algo correcto para poder creer, porque cada uno tiene una creencia a la cual ajusta su vida. Si unos consideran que la diversión está en salir de parranda con sus amigos entonces lo hacen porque creen en ello. Si hacer dinero es la creencia de algunos, ellos hacen lo que sea para conseguir esto. Si algunos creen que beber es una forma de disfrutar la vida, entonces lo hacen. Pero, yo siento que todo esto no lleva a ninguna parte, nadie está realmente satisfecho, y las mujeres respetables están buscando siempre cambiar esta clase de camino. En estos tiempos actuales, llamados “la sociedad de los derechos iguales”, se espera que tú tengas un novio (sino eres una anormal) y que no seas virgen. Así pues, estos son ejemplos de opresión aunque las mujeres no se den cuenta de ello. Cuando me convertí al Islam, fue obvio que finalmente había encontrado aquella seguridad permanente. Una religión, una creencia tan completa y clara en cada aspecto de la vida. Mucha gente tiene una errada visión de que el Islam es una religión opresiva, donde las mujeres son cubiertas desde la cabeza hasta los pies y que no se les permite ninguna libertad ni derechos. Pero de hecho, las mujeres en el Islam tienen más derechos, y esto ha sido así por los últimos 1400 años, comparados con los derechos recientemente concedidos a las mujeres no-musulmanas en algunas sociedades occidentales y en algunas otras regiones. Pero existen, incluso hoy en día, lugares donde la mujer aún permanece oprimida como ya lo mencioné al principio acerca de las mujeres hindúes. Las mujeres musulmanas tienen derecho a heredar, a manejar el comercio y sus negocios, tienen el total derecho a la posesión, propiedad y disposición de su riqueza a la cual el esposo no tiene derecho. También tienen derecho a la educación, a rechazar el matrimonio (arreglado) mientras tal rechazo sea justificable y razonable. El Corán mismo, que es la palabra de Dios, contiene muchos versos que ordenan al hombre a ser amables con sus esposas y acentúan los derechos de las mujeres. El Islam brinda una correcta serie de reglas ya que éstos NO fueron hechos por el hombre sino fueron hechos por Dios; es por ello que es una religión perfecta. Muy a menudo preguntan a las mujeres musulmanas porque ellas están tapadas de la cabeza a los pies, y al ver esto se dice que esto es opresión – pero no es así. En el Islam el matrimonio es una parte importante de la vida, el logro de la sociedad. Por eso una mujer no debería estar caminando por ahí mostrándose a todo el mundo, sino sólo para su esposo; incluso al hombre no se le permite mostrar ciertas partes de su cuerpo a nadie más que a su esposa. Además, Dios ha ordenado a la mujer a cubrirse por modestia:

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