El Boletin Islamico Edicion Numero 3

madre trabajaba. Allí le dijeron que tampoco sabían. Mi padre fue informado de esto por la misma gente que había adoptado ilegalmente a su hija. Mi verdadero padre también era un conocido de un tío adoptivo, de quien también buscó información. Mi tío era más amable con mi verdadero padre que los otros, pero tampoco le dio ninguna información. Mi padre continuó contactándose con la gente que me había adoptado, solo para que le dijeran repetidamente que ellos NO tenían ninguna información para él. En un determinado momento él llegó a sospechar, cuando fue a su negocio y al verme ¡pidió saber si yo era su hija! Le dijeron que por supuesto que no, pero mis padres adoptivos temieron lo que pasaría después, así que vendieron su negocio y se trasladaron a Arkansas. Mi padre continuó yendo donde mi tío suplicando por alguna información, pero no le dieron ninguna. Todavía, él continuó buscando e indagando a mi tío, hasta la muerte de éste en 1995. Mi padre me buscó por muchos años. Me dijeron que fue al funeral de mi tío, y que regresó a Kuwait unos días después. En este momento el único dato que sé acerca de mi verdadero padre es que su nombre es: Khaled Al-Mazidi. Algún día nos encontraremos, Insha Allah (si Dios quiere). Nota del Editor: Si usted tiene alguna información para compartir acerca de la búsqueda de Amira, por favor contáctenos al Boletín Islámico. ADVERTENCIA IMPORTANTE Los versos del Sagrado Corán y los dichos del Profeta han sido impresos para el beneficio de nuestros lectores. Se les pide que respeten su inviolabilidad. Por lo tanto, las páginas en las cuales están impresas deben ser colocadas de una apropiada manera islámica. ___________________________ ABREVIACIONES UTILIZADAS SWT- Glorificado y enaltecido sea SAWS, AS- La paz y las bendiciones de Dios sean con él. RA; RAA- Que Dios esté complacido con él/ ella. “El creyentes no es aquel que come hasta saciarse mientras su vecino está hambriento”. Baihaqi, Mishkat CÓMO ABRASÉ EL ISLAM En este número del Boletín nos gustaría presentarles a un señor que salió de las profundidades de la desesperación y la oscuridad a la luz del Islam. Esperamos que lo encuentren tan inspirador como lo fue para nosotros. OMAR ABDUL-SALAM Febrero de 1992…Mi esposa y yo nos encontramos conduciendo de bajada por la autopista 80 (norte de California) para regresar a nuestro hogar en San Francisco, después de un fin de semana en Reno (una ciudad en el norte de Nevada, popular por los casinos de apuesta…la hermana menor de Las Vegas) que está a cinco horas de viaje de la Bahía. Yo me encuentro en un grave estado de angustia mental porque había perdido mucho dinero lo cual es un lujo que no puedo permitirme. Más que el hecho de haber perdido jugando póker, es un innegable sentido de desesperación por mi vida y por el rumbo al que parece apuntar mi destino En los últimos siete años, mi tiempo libre lo había ocupado en el consumo diario de una fuerte dosis de licor. Una situación que obviamente debía corregirse, pero dado mi punto de vista teológico y filosófico en ese tiempo, el estar un día sin beber era imposible para mí. Mientras nos acercábamos a San Francisco, una fuerte tormenta de truenos empezó a precipitarse sobre nosotros. Esta era la primera vez que había visto en el área de la Bahía una tormenta huracanada, atestada con numerosas líneas luminosas que podían verse destellar alrededor de los valles al este y desde el océano al oeste. Tan pronto como la tormenta azotó, como si fuese un relámpago fugaz, fui golpeado con un innegable pensamiento, ¡Para mi se acabó, era suficiente! Mis noches como un bebedor resentido que divagaba sobre las virtudes filosóficas de Jean Paul Satre, Nietzche y Dostoevosky me habían llevado a un punto de angustia sombría y desesperanza existencial. Me decía a mi mismo “ésta es la razón por la que bebo”, Yo estaba convencido de que no había un punto en la vida del nacimiento o la muerte más allá de la realidad presente. No podía verme invirtiendo tanto esfuerzo en algo como la vida que es obviamente finita. ¡No podía tolerarlo! Así que debía vacilar al respecto, sumido en un estupor alcohólico. De esa manera que en esta noche, conduciendo por la carretera entre truenos y relámpagos, por primera vez en mi vida pude sentir que Dios me estaba diciendo “Basta ya, es suficiente.” Para ti se acabó.

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