El Boletin Islamico Edicion Numero 7

PALERMO, Sicilia Italia- En este católico país, siempre ha habido otras religiones: pocos protestantes en el norte, algunos del Islam en Sicilia, judíos bien establecidos, pero pocos en Roma, Venecia y otras ciudades grandes. Pero por primera vez en siglos, una religión minoritaria se convertirá en parte importante del futuro de Italia. Influenciado en gran parte por inmigrantes del norte de África, Oriente Medio, y Albania, el Islam es ahora la segunda mayor religión en lo que todavía es una nación 94 por ciento Católica. Los cambios demográficos de Italia son un desafío moderno, no sólo para estas dos religiones, sino también para esta nación posicionada en una encrucijada de continentes, fe e historia. Con el crecimiento hay algo tensión, más recientemente cuando algunos matrimonios entre católicos y Musulmanes terminaron en grandes batallas por la custodia y educación religiosa de los niños. El Consejo Episcopal Italiano respondió emitiendo una advertencia pública contra los matrimonios entre las dos religiones, citando “demasiada distancia cultural”. Pero esa reacción reflejó el desprecio de la gente como Amina Donatella Samina. Nacido en Roma, criada católica, Samina ha sido Musulmana practicante desde 1993, cuatro años después de casarse con su marido marroquí en el ayuntamiento. “La iglesia en su historia trata de destruir todo lo que sea diferente”, dijo Samina, que vestía un pañuelo blanco y azul en su cabeza mientras bebía un capuchino en el Café Doria de Roma. Citando la llegada de los primeros Musulmanes a Sicilia en el siglo VII, la madre de tres hijos afirma que su nueva fe sólo ha mejorado su relación con sus orígenes mediterráneos. “Estamos en el medio de todo: árabes, españoles, franceses, eslavos. Tenemos que superar estos puntos de vista sobre quién es italiano.” Un paseo por Palermo refuerza su punto de vista. Varias iglesias católicas se parecen sospechosamente a las Mezquitas, que fueron transformadas en iglesias cuando los cristianos reconquistaron Sicilia en el año 991, después de dos siglos de gobierno tunecino que dejaron un sello islámico en la isla. Durante el último milenio, sin embargo, la vida religiosa de Italia y sus islas ha sido dominio de la Iglesia Católica. “Durante cientos de años, Italia ha girado en torno a una religión dominante,” dijo María Macioti, profesora de sociología que ha estudiado la inmigración en Italia desde hace más de 20 años. “No estamos acostumbrados a tener otra presencia religiosa importante.” En la actualidad hay cerca de 1 millón de Musulmanes en este país de 57 millones. Aunque es menor que en otros países europeos occidentales, el número se ha duplicado en tan sólo 10 años. Hace veintiocho años Rosario Pasquini (Danilo) era fumador empedernido, bebía whisky en exceso lo que lo llevó a lo que ahora describe como una vida de pesadilla, atormentado por el estrés de tener éxito en su trabajo como abogado al norte de la ciudad de Milán. Pasquini, nacido en Fiume en 1934, se graduó de la Universidad de Milán en 1957 y se convirtió en Musulmán en 1974. Ahora con 60 años, Pasquini se hace llamar Abdurrahman. Lidera la Oración del viernes en la Mezquita de Il Misericordioso y es maestro de la lengua árabe y cultura islámica. Es también autor del L'Islam Credo, Pilastri, Vertice e Perfezione y Magoma, L'Inviato di Dio. Abdurrahman todavía vive en Milán, pero ha cambiado el maletín de abogado por algo que le da más satisfacción. Actualmente es editor de un periódico llamado “Il Messaggero del Islam”, (El Mensajero del Islam) un tabloide de ocho páginas escrito por el gran número de italianos que, como el ex abogado, decidieron convertirse a la fe Musulmana. Todos los días, la gente viene queriendo saber más sobre el Islam y el proceso de conversión”, dijo Abdurrahman, que edita el periódico desde una oficina en el Centro Islámico de Milán. “Ayer vino uno, hoy dos. Vienen de todas partes, de diferentes clases y orígenes, y todos tienen diferentes razones para hacerlo.” Abdurrahman recibió el apoyo y comprensión de su propia familia. Dice: “Confiaron en que yo era lo suficientemente mayor como para decidir por mí mismo, y me dejaron seguir adelante. De hecho, mi madre, quién tiene 93 años y aún es católica, hace poco me dijo: ‘Alabo a Alá, porque si hubieras seguido viviendo como antes, estaría muerto.’” Y continúa: “En ese momento estaba encerrado en un estrés mental terrible provocado por la frecuente competitividad en nuestra sociedad. Después de un largo periodo de búsqueda, por fin llegué al Islam, que dice que nadie excepto Dios tiene el derecho de juzgar y dominar a otros hombres. Esto es lo que estaba buscando. Para mí representa una liberación de una sociedad que cree ser libre, pero que en cambio obliga a sus miembros a ceder bajo el yugo de muchas, muchas exigencias diferentes”. Como muchos conversos, Abdurrahman abrazó a su nueva fe con todo su corazón. Aprendió árabe para poder leer el Corán y participar en la Mezquita sin tener que depender de traducciones. Su dominio del idioma ha llegado a ser tan bueno que ahora lo enseña. Su interpretación de la fe Musulmana es estricta e inflexible. Además de anunciar nacimientos, matrimonios y conversiones, su periódico Musulmán aconseja sobre cómo se deben comportar los conversos italianos. Uno de los factores que contribuyeron a su conversión fue una reunión que se convirtió en una gran amistad con el jordano, Ali Abu Shwaima, estudiante de medicina, ahora director del Centro Islámico de Milán. La esposa de Shwaima también es italiana. Como Pasquini, decidió convertirse al Islam y cambió su nombre de Paola Moretti a Khadija, como la primera esposa del profeta Mahoma (SAW). Hoy, ella recuerda con cierta diversión la primera vez que se aventuró a salir a las calles con un velo. Eso fue hace 28 años, cuando los italianos estaban muy poco acostumbrados a ver los Musulmanes como ahora. “Sentía los ojos de todos en mí. Fue bastante vergonzoso”, dijo. “Podía oír a las otras mujeres susurrando cosas en el supermercado como, ‘¿quién es ella, una monja?’ O ‘Tal vez pertenece a alguna secta.’ Pero ese tipo de actitud ya no me molesta,” dijo. “Estoy segura de la elección que hice. Ciertamente no fue fácil al principio, cuando hice mi conversión. Pero usar velo es una obligación para las mujeres. Yo no podía aceptar una parte del Corán y no la otra”. Giuseppina, ahora conocida como Fátima, fue una monja católica, estudiante de teología que vivía en un convento en Módena, al centro de Italia. Comenzó a leer el Corán, y su interés creció empezando a tener dudas sobre su propia religión y vocación. Visitó el Centro Islámico de Milán, y finalmente después de una gran búsqueda de su alma, renunció a sus votos y se convirtió al Islam. Hoy, está casada con un hombre Musulmán. Daniela nació en Sicilia y se convirtió hace nueve años, cuando se casó con un egipcio. Ella voluntariamente obedece todas las reglas de su nueva fe. “Cuando salgo, siempre me pongo un pañuelo sobre la cabeza y cubro mis piernas y brazos”, dijo. “Una mujer debe mantener todas las partes de su belleza femenina cubiertas, porque sólo su marido tiene derecho a En la Ital ia católica, el Islamismo Aumenta

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